Parece mentira que en tan poco tiempo se haya puesto de moda que las personas queramos mejorar, evolucionar y sentirnos motivados para hacer las cosas cotidianas del día a día o para nuevos proyectos. Seguramente siempre ha sido así, pero ahora se le ha puesto nombre y apellidos: Coaching o psicología positiva.

Por propia experiencia creo que ir a sesiones con un Coach para mejorar y cambiar tus paradigmas, es positivo. Sí, pero uno ha de querer mejorar y evolucionar como persona.

Para asistir a las sesiones, tienes que estar en una época o un tiempo de relativa tranquilidad donde estés motivado y con muchas ganas de querer cambiar cosas de ti, querer implicarte en un proceso tan bonito, y tan difícil al mismo tiempo, para evolucionar y sentirte mejor contigo mismo.

El Coach no es un Psicólogo ni un psiquiatra, a quienes acudes en malos momentos de tu vida y ellos te indican el rumbo a seguir para salir del problema.

Un buen coach no te dice lo que tienes que hacer. Se dedica a preguntarte sobre cómo te sientes pensando como piensas o actuando como actúas.

Es muy típico darte cuenta que no te gustan muchos de los paradigmas que tienes en tu interior. Así que guiado por el buen coach, empiezas a analizar qué puedes hacer para sentirte bien con tu forma de ver y vivir la vida y entonces es cuando comienzas a cambiar tu forma de ver las cosas.

Importante crear un buen clima de confianza con tu Coach. Yo me impliqué en el proceso, y fui sincero conmigo mismo. Sí, esa es la parte más importante de todo el proceso: ser sincero contigo mismo. Conté muchas cosas muy íntimas: Mis miedos, mis inseguridades, mi imagen menos agradable, mis sentimientos…

Lo recuerdo como un proceso muy intenso. Meditaba y escribía antes de cada sesión sobre el tema que tocase ese día. Y todavía recuerdo mi escrito sobre “asistir a mi propio funeral”, ejercicio sacado del libro “Los 7 hábitos…”, un libo espectacular.

Y no se me olvidará jamás aquel día que expresé varios de mis axiomas sobre la vida. Fue la sesión más dura, salí hecho polvo y muy tocado anímicamente. Pero fue un día clave, porque me di cuenta que con esos pensamientos no me sentía nada bien y me afectaban negativamente a mi vida diaria.

En ese momento me alegré de vivir esta experiencia, de las más bonitas y gratificantes de toda mi vida. Hizo que mirase a mi interior para encontrar muchas cosas sobre mí, buenas y no tan buenas. Y me fortaleció para mejorar cada día un poco más mi vida.

Esta etapa fue un punto de inflexión en mi vida. Y, quién sabe, lo mismo despertó en mí esas ganas de escribir y expresar sentimientos, sensaciones, o simplemente opiniones.

Fue una experiencia maravillosa que recomiendo a todo aquel que quiera mirarse a sí mismo, a sus adentros y tenga la motivación y ganas de querer mejorar. Y, por supuesto, Maikel, muchas gracias por hacerme vivir esos momentos tan intensos y maravillosos de mi vida.

Aaaadiós

Fotos externas: http://urielperez.deviantart.com/art/El-rey-y-su-consejero-52781128
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La vida hay que verla desde el lado positivo y optimista, por eso siempre busco todas las oportunidades que nos ofrece nuestro día a día, ya que una persona con ganas e ilusión consigue sus metas en la vida. Soy una persona extrovertida, que disfruta viajando y conociendo nuevas culturas. Me encanta jugar al tenis, correr, hacer senderismo y he hecho 2 veces el Camino de Santiago en bicicleta de montaña.

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