Se ha escrito tanto sobre las causas y consecuencias del “affaire” Abengoa,  que sólo pretendo dar mi opinión de evidencias que se han venido produciendo en los últimos años, dirigida sobre todo a aquellos inversores “atrapados” en sus acciones o bonos y que han visto como, en días, perdían casi todo su dinero.

nunca recomendaría la inversión en quién crece demasiado rápido, en demasiados sitios, con fuertes montantes de inversión comprometidos a largo plazo con poco margen, siempre financiados con deuda y en sectores con una alta dependencia de la regulación.

Como punto inicial recomendaría a cualquier inversor  desconfiar siempre de una entidad dónde se hace muy difícil entender su negocio principal en menos de cinco minutos, y esto se hacía especialmente complicado en Abengoa, con un complejo entramado de empresas. Eso unido a líneas de negocio con una dependencia excesiva de actividades subvencionadas dónde la rentabilidad está sujeta a que se mantengan las mismas, o que incluso obliga a colocar “ex políticos” en los consejos de administración de las distintas empresas del Grupo. Desconfíe igualmente de una estructura organizativa dónde una parte relevante del negocio se produce en operaciones cruzadas entre la matriz y sus filiales

¿Y qué decir del esquema accionarial dual de la empresa?, que si acciones tipo A, tipo B, etc. y que fundamentalmente buscan blindar la situación de poder de algunos de sus socios fundadores. El primer aviso importante para los inversores era aún más evidente si además su ex Director General una vez fuera de la empresa lo primero que hace es asesorar a un inversor institucional para convertirse en el principal  vendedor en corto (apuesta a la baja de su cotización) de las acciones de Abengoa.

Pero tampoco se ha contado con ayuda por parte de los auditores como responsables de la imagen fiel de sus cuentas, las cuales sufrían reclasificaciones masivas año tras año haciendo casi imposible hacerlas comparables para el común de los inversores.

Sobre todo en una empresa dónde su deuda crecía de manera exponencial al mismo ritmo que su crecimiento y expansión pero sin que ello generara unos flujos de tesorería suficientes como para pagar sus vencimientos de deuda a corto plazo, y dónde a pesar de la situación de reducción general de primas de riesgo y costes de financiación en los mercados, la de Abengoa se mantenía al alza.

En resumen, nunca recomendaría la inversión en quién crece demasiado rápido, en demasiados sitios, con fuertes montantes de inversión comprometidos a largo plazo con poco margen, siempre financiados con deuda y en sectores con una alta dependencia de la regulación.

Dicho todo esto, mientras escribo este post, la situación parece que toma un cierto cariz positivo, el plan de viabilidad ofrecido por la Nueva Abengoa parece que cuenta con el aval de la mayoría de los acreedores así como de muchos inversores internacionales, entre ellos una de las más antiguas firmas de gestión de fondos americanas Waddell & Reed con más medio siglo de experiencia en Wall Street y que ha elevado su posición en su capital a más del 8% convirtiéndose en el segundo accionista por detrás de la familia Benjumea.

Si todo va bien, pues se trata de evitar la mayor quiebra empresarial de la historia de nuestro país con un pasivo o deuda total por valor de más de 20.000 millones euros, y antes del próximo 28 de marzo de este año se llega a este acuerdo, nacerá una Nueva Abengoa con la mitad de negocio, desinversiones de capital importantes por valor de más de 1.500 millones de euros, salida de algunos países y de negocios no estratégicos, para salvar sobre todo su negocio de ingeniería y innovación. Todo ello si consigue reducir su deuda en más de un 70%, solicitando a sus acreedores una quita importante sobre la misma y ayudas adicionales de caja por más 1.600 millones de euros,  para ello también parece le exigirán la transferencia de  uno de sus activos más importantes Atlántica Yield (su filial estadounidense).

Por el camino muchos afectados, sobre todo la plantilla de empleados que tendrá también que ajustarse a su nueva dimensión, y más de 50.000 inversores entre accionistas y bonistas que han visto reducida a mínimos toda su inversión.  

Se calcula que los actuales accionistas mayoritarios , familia Benjumea, reducirá su peso accionarial a un 5-10% por la absorción de pérdidas, espero y deseo que esta Nueva Abengoa cambie también los “capitanes del barco” pues no sería de justicia que, con tantos afectados por su inadecuada gestión, ellos mantuvieran el poder de la misma.

Hasta la próxima…

Foto externa: https://en.wikipedia.org/wiki/Solar_power_tower#/media/File:PS10_solar_power_tower_2.jpg
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About Author

1978. Economista, analista financiero y sobre todo deportista. Me considero una persona muy familiar a la que le gusta disfrutar de las pequeñas cosas de la vida, y si es posible con los amigos de la infancia. En lo profesional llevo toda mi vida trabajando en el sector financiero, actualmente como Director Técnico de Seguros de Vida y Personales en España de Helvetia Seguros, entidad aseguradora suiza. Me gusta mucho mi trabajo, y me encanta estudiar todo lo relacionado con el análisis económico y los mercados financieros, cuanto más estudias y aprendes mas reconoces que te queda por conocer de los mismos.

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