El jueves 9 de mayo de 1929 se congregaron en la plaza de España de Sevilla unas 100.000 personas, según el diario El Liberal, para celebrar el acto solemne de inauguración de la Exposición Universal Iberoamericana presidido por el rey Alfonso XIII y amenizado por el Orfeón donostiarra y la Coral bilbaína. Parecía una paradoja que en una ciudad con semblantes vetustos se organizara un certamen nuevo y moderno. Pero la Historia está llena de paradojas.

Los objetivos de la Exposición no se cumplieron a corto plazo porque se miró más al pasado glorioso de España, a su historia imperial y colonial que al futuro

En realidad, la idea de organizar una Exposición Universal en Sevilla había surgido tiempo atrás, en 1910, pero un sinfín de problemas de carácter político, social y económico retrasaron su apertura en distintas ocasiones (1914, 1916, 1927 y 1928), lo cual produjo que coincidieran en España dos Exposiciones, la de Sevilla y la de Barcelona.

Exposicin Iberoamericana de Sevilla 1929La Exposición hispalense pretendió ser la representación del encuentro de todos los pueblos colonizados por España como un homenaje a la Madre Patria que la consolara de la catástrofe reciente del 98. Y en ese sentido fue un éxito porque dieciocho estados americanos, incluido Estados Unidos, concurrieron a la cita y construyeron sus pabellones y mostraron sus productos y progresos desde que se independizaran. Al mismo tiempo, José Cruz Conde comisario regio para la Expo, pretendía que fuera una manifestación del nacionalismo hispano que reforzara el sentimiento de unidad nacional frente a las tentaciones separatistas que la amenazaban, lo cual explica que estuvieran presentes en la bancada de la plaza de España todas las regiones españolas.

El lugar elegido para el emplazamiento de la Exposición no podía ser otro que al sur, fuera del casco histórico de la ciudad, y fue Aníbal González, el Arquitecto Director de la Exposición desde 1911 hasta 1926, quien tuvo la idea de crear por primera vez, a partir del desarrollo urbanístico que suponía la Expo, un área de expansión planificada que uniera el casco antiguo con el exterior a partir de la creación de nuevos barrios como El Porvenir y Heliópolis a los cuales se llegaría mediante un parque grandioso como el de María Luisa y una avenida hasta ese momento nunca trazada en la ciudad como la de la Victoria y a cuyos lados y extremos se situarían los pabellones, teatros como el Lope de Vega y hoteles como el Alfonso XIII o Eritaña. Como motivo urbanístico central de la Exposición, sin duda, fue la Plaza de España, una muestra singular de arquitectura regionalista, la obra magna de la Expo del 29, concebida por Aníbal González como un lugar que albergara grandes espectáculos, aunque la incorporación de una fuente central por parte de Vicente Traver rompiera el proyecto original.

No es posible conocer el número exacto de visitantes que acudieron a la Expo, pero se estima que fue superior a  800.000 personas, un diez por ciento extranjeros, aunque las expectativas eran mucho mayores. Las causas del fracaso tenían que ver con varios factores. En primer lugar, el precio del billete de acceso al recinto era muy alto, valía dos pesetas y valga como referencia que el salario mensual de un oficial albañil era de 10 pesetas. Asimismo, la competencia de la Exposición de Barcelona, las deficientes infraestructuras hoteleras y de transporte, la escasa propaganda publicitaria y las noticias en la prensa sobre la inseguridad en España alejaron a los potenciales turistas que además estaban asistiendo al final de los Felices Años Veinte: el crack de la bolsa de Nueva York y la profunda crisis económica que recorrió Europa acabaron con todas las esperanzas.

Las arcas municipales de Sevilla quedaron vacías y los objetivos de la Exposición no se cumplieron a corto plazo porque se miró más al pasado glorioso de España, a su historia imperial y colonial que al futuro. Sin embargo, la ciudad está rentabilizando desde todos las perspectivas, más de cien años después una idea tan arriesgada como quijotesca.

Gracias y Hasta otra!

Fotos externas: http://www.zonu.com/images/0X0/2011-01-12-12734/Exposicin-Iberoamericana-de-Sevilla-de-1929.jpg
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About Author

Historiador, investigador y escritor. Fui profesor de Historia moderna en la Universidad de Sevilla durante 35 años. Apasionado del Siglo de Oro español, he publicado varios libros relacionados con ese período de nuestro pasado, y he colaborado en numerosos libros, manuales y revistas de Historia. Amante de todo, de mi familia y las buenas charlas con mis amigos. Disfruto del campo y dando raquetazos a la pelota en la pista de tenis.

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