El western es considerado inequívocamente el género clásico americano, cine en estado puro. Comprende un marco histórico situado en el Oeste norteamericano del siglo XIX, pero más allá del lugar y de la época, implica unas connotaciones humanas y sociales que vertebran las películas.
un profundo visionado de los clásicos del western nos traería una sociedad más íntegra e incorruptible con un honor mucho menos denostado
El protagonista acostumbra a ser un personaje atormentado que no duda en transgredir las normas sociales establecidas pero es incapaz de traicionar su honor. El western nos muestra una sociedad organizada en base a códigos de honor, ya sea en familia o en soledad, más que al apego a la ley en sí.
Característico es también el escenario donde se desarrolla la historia: un paisaje desértico, salvaje, en el que en el horizonte se intuyen ranchos o fuertes; vías del tren que surgen en medio de la nada; pequeñas poblaciones en las que no puede faltar la cantina, el banco o la oficina del sheriff. Y en cualquiera de estos escenarios nos encontramos con la figura del pistolero solitario, con su caballo, su sombrero y su Colt 45 disponible para ser utilizado.
Con un sello absolutamente genuino, no obstante, los esquemas y guiones que vertebraron el género sirven hoy para numerosas películas de acción, aventuras o ciencia ficción. Es más, valores como la amistad o la justicia y sentimientos negativos como la codicia o la venganza, que muy a menudo constituyen el núcleo de las películas del Oeste, son absolutamente extrapolables y muy actuales en la mayoría de los géneros cinematográficos.
El género ha presentado una marcada evolución desde sus inicios, alejándose de los estereotipos de los buenos y los malos, de los vaqueros y los indios, y cuestionándose los ideales y el estilo del western tradicional. Apareció un tono más oscuro con la figura del antihéroe y comenzó a mostrarse un retrato más sincero de los nativos americanos. Del mismo modo, la mujer empezó a mostrarse en papeles más preponderantes. Todos estos cambios favorecieron enormemente el realismo dotando a las películas de mayor intensidad y profundidad.
Actualmente y de forma muy ocasional asoman películas western en la cartelera que, afortunadamente, son de una calidad muy estimable, fruto del trabajo sincero de directores que pretenden, y consiguen, honrar y homenajear al género: “El renacido”, “Valor de ley”, “Appaloosa”, “Django desencadenado” o “Los tres entierros de Melquiades Estrada”. Además aparecen películas que beben claramente de este género. Maravilloso ejemplo es “Mad Max: Furia en la carretera”, un brutal western apocalíptico llevado a la apoteosis.
En nuestra vida cotidiana sobran ejemplos de supuestos héroes que no dudan en traicionar su honor por un puñado de dólares y el derecho al honor es algo tan vilipendiado que las denuncias por su vulneración inundan los juzgados. Sin ser necesario solucionar estas contiendas con un duelo al sol, seguro que un profundo visionado de los clásicos del western nos traería una sociedad más íntegra e incorruptible con un honor mucho menos denostado.
To be continued…